18 Sep Falsos mitos sobre la regla que circulan alrededor del mundo

La menstruación ha sido un tema tabú durante mucho tiempo. A pesar de la emancipación de la mujer, la sociedad ha optado por mantener este tema fuera de las conversaciones sociales, y menos en público. Por ese motivo se han generado múltiples falsos mitos sobre la regla, que han variado en función de su país de origen y cultura. 

No obstante, el problema no son estas creencias populares, sino lo que se les termina haciendo a las mujeres por el simple hecho de tener la regla. Esto sucede, sobretodo, en territorios donde la cultura es muy machista y la mujer queda relegada a un segundo plano y no tiene ningún poder de decisión.

Mitos sobre la regla en Asia

El continente asiático sería un buen ejemplo de falsos mitos que perjudican el día a día de las mujeres. En Nepal, por ejemplo, se cree que las mujeres no pueden tener contacto con nadie. Por ese motivo son aisladas en chozas. 

De hecho es tal el temor que tienen los nepaleses frente a la regla, que consideran que si una mujer con menstruación tiene contacto físico con otra persona, su familia será castigada con todo tipo de enfermedades. 

Y no solo eso, sino que solo pueden comer cereales y arroz hervido, porque piensan que si comen frutas, verduras o carnes, las plantas o animales de procedencia se marchitarán o morirán.

Por su parte, los japoneses consideran que las mujeres que tienen la regla no pueden preparar sushi, ya que puede alterar su sabor. Y Japón no es el único país en que se aleja a la mujer de la cocina mientras sufre la menstruación. En la India también ocurre.

En Malasia existe la creencia de que si las mujeres no lavan las compresas antes de desecharlas los fantasmas las perseguirán. Y no es el único país con este tipo de pensamientos, porque en Bangladesh las mujeres tienen que enterrar las compresas una vez se han usado para evitar que los malos espíritus vayan a ellas.  A pesar de esto, en Irán las mujeres tienen un difícil acceso a los tampones, porque ese producto es considerado una grave amenaza para la virginidad de las mujeres. 

Mitos sobre la regla en Europa

En nuestro continente también hay falsos mitos al respecto, aunque estos ya se manifiestan de forma más residual. No obstante la cultura popular italiana decía antiguamente que una mujer que tuviera la menstruación no podría cocinar porque todo cuánto elaborarse sería un desastre. En el caso de Francia había otro “cuento” popular relacionado con la cocina. El mito decía que si una mujer intentaba hacer mayonesa aún teniendo la regla, ésta se cortaría. 

A pesar de estas teorías ya casi extintas, en Europa todavía persisten algunos mitos, sobre todo entre las personas mayores. En Rumanía, por ejemplo, las mujeres no pueden tener contacto con las plantas porque se marchitan por culpa de la menstruación; una creencia muy popular en Asia, como ya hemos visto.

No obstante, los peores mitos del territorio europeo los encontramos en Polonia y en el Reino Unido. En el primero de los países se tenía la creencia que si una mujer mantenia relaciones sexuales con su pareja a pesar de tener la menstruación, éste podría morir. En Inglaterra, al igual que en muchos territorios mencionados, también se opinaba que el uso de los tampones estaba relacionado con la impureza de la mujer, y que el contacto con plantas y otros vegetales las marchitaría y/o pudriría. 

Mitos sobre la regla en América

En Estados Unidos tienen los mismos mitos que en el Reino Unido. En Venezuela, por ejemplo, existe el mito que si una mujer coge un bebé en brazos mientras está menstruando, lo hará enfermar. 

Lavarse el pelo es algo que se cree que no se puede hacer en la República Dominicana y en Brasil mientras la mujer esté menstruando. En cambio, en Argentina se cree que bañarse durante la menstruación es perjudicial para la salud ya que el sangrado se detiene. 

La mayoría de estos mitos se han superado y son relatados como viejos cuentos. En los territorios asiáticos en los que se aíslan a las mujeres, por suerte hay organizaciones que trabajan activamente para ayudar a las mujeres que sufren esta discriminación por el simple hecho de tener la menstruación.